PASOS

Estos pasos continuos que aparecían en la película de Robert Z. Leonard, «Dancing Lady«, pasos decididos, pasos incansables, abren el año sobre la acera del tiempo, lunes y martes, miércoles y jueves y viernes caminando sobre tantos problemas y tantos trabajos, pasando más que paseando, yendo y viniendo de quehacer en quehacer, recorriendo calles, recorriendo carpetas, paseando despacio tan sólo sábados y domingos, pero pasando y pisando ràpidos el resto de la semana, de aquí para allá, de las salidas a las entradas, de los sótanos a los rascacielos, bajando y subiendo escaleras, andando, caminando, viviendo.»Se me curva la espalda – decía Robert Walser -, porque a menudo me paso horas inclinado sobre una palabra que tiene que recorrer el largo camino que va desde el cerebro al papel«. Entonces uno se levanta y echa obligatoriamente a andar. Pasos. Pasos continuos y absolutamente necesarios. Pasos imprescindibles. Cada uno de ellos delata que estamos vivos.

(Imagen: «Dancing Lady»  1933.-de Robert Z. Leonard )